No te engañes: aunque seas un artista (o al menos creas serlo), tu oficio está sujeto a las mismas leyes del mercado que cualquier negocio o empresa. Por eso, no es difícil entender porque los grandes estudios (los medianos y hasta los chiquitos) se van a lo seguro. ¿Quién quiere arriesgar y perder dinero en nombre de algo tan abstracto como el arte? Dany Saadia reflexiona acerca de este lado del negocio y tiene una clave para romperlo: consumir mejor… no necesariamente más.
Escucha Filmonauta Nadie quiere arriesgar