Es fácil descalificar a alguien llamándolo “intruso”: el término convierte en un extraño y en un peligro a quién lo recibe. Pero, como explica Dany Saadia, también existen los intrusos benéficos: aquellos que traen aires de frescura a cualquier disciplina y ayudan a su progreso. Claro, esto no impide desconfiar de los malos intrusos, los improvisados capaces de devaluar una profesión entera, a la que miles dedican su vida entera.
Filmonauta recomienda (con reservas) El arte de ser feliz, de Arthur Schopenhauer.
Escucha Filmonauta El intruso equivocado.